Colonia a fines del Siglo XIX - Medicina
El pasado sábado 15 de abril, durante el Taller "Historia de la Medicina en Colonia", disertó el Magister en Historia e Historiador coloniense Sebastián Rivero.
El tema elegido fue "Los médicos de policía y las epidemias". Sobre el mismo, redactó una reseña que se publicó en la Revista "Relaciones", publicada en Marzo de 2023. De ella, extractamos un breve resumen y al final dejamos un enlace a la nota en la web de Academia.edu
Hasta el siglo XVII o más acá, predominaba una concepción cognitiva del mundo que se podría denominar “realismo metafísico ingenuo”, que partía del presupuesto que el conocimiento podía acceder al mundo “en sí mismo” o al mundo “tal cual es”.
Las instituciones estatales en el Uruguay, durante el siglo XIX, ante su escasa especialización, tuvieron que cumplir una diversidad de funciones. Esto resultó más evidente en el interior del país, donde la Jefatura Política y de Policía y la Junta Económico Administrativa, eran los únicos ámbitos administrativos más o menos funcionales.
En particular, en el campo de los temas sanitarios y sobre todo en épocas de epidemias, tuvieron que prestar atención, ante la inexistencia de agentes de salud con dedicación completa, tanto públicos como privados.
UN TEMA MARGINAL: LOS MÉDICOS DE POLICÍA
La historia de la policía y la medicina en el Uruguay, tiene un desarrollo heterogéneo y desigual, con producciones tanto de corte académico como otras hechas por aficionados. En las mismas, la mención a los médicos de policía como funcionarios públicos, es por demás episódica. Puede citarse al respecto los textos de Soiza Larrosa, sobre la medicina legal y los peritajes médico forenses, y los de Ortega et alter, sobre locura y crimen o sobre eugenesia y medicalización del crimen. En las historias de la policía, realizadas por “policías escritores”, aparecen referencias dispersas sobre el rol de los médicos de la fuerza.
LOS MÉDICOS DE POLICÍA EN COLONIA
Desde la segunda mitad del mil ochocientos la Jefatura Política y de Policía garantizó la afirmación del “poder médico” en el espacio departamental. Pero a su vez, esta función médica acrecentó el control y prestigio de la Jefatura. La misma, en un despliegue tentacular, se inmiscuía en los diversos entramados sociales. En Montevideo, desde 1857, con la epidemia de fiebre amarilla, la Junta Económico Administrativa y la Junta de Higiene Pública, ganarían importancia en detrimento de la policía. En Colonia, el rol de la Junta en las labores sanitarias seguiría siendo secundario. El médico de policía, de esta manera, aseguró la prioridad de la Jefatura sobre la corporación municipal, afianzando el “poder médico” en alianza con los poderes estatales. Los médicos y el Estado, a través de la Jefatura, acabaron imponiéndose sobre diversos grupos de la sociedad civil al iniciarse el novecientos. Las epidemias, sobre todo, fueron importantes hitos en este proceso.
Durante el siglo XIX, opina Barrán, ocurrió una dispersión del poder de curar, el cual se repartía entre médicos y curanderos. Al lado del “saber científico europeo”, manejado por los primeros, aparecían los “viejos saberes populares de origen indígena, español, portugués e italiano”, del cual se nutrían los segundos. En el departamento de Colonia, desde la segunda mitad del siglo, los médicos intentaron limitar el avance del curanderismo. En 1854 la Comisión Auxiliar de la Junta Económico Administrativa de Rosario, solicita al Jefe Político se prohíba a un hombre recién llegado al pueblo, efectuar sus curas “haciendo milagros con señales de cruces y agua vendita [sic]”.
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